Chiles Verdes Capeados: El Secreto Mejor Guardado de la Abuela
Ingredientes de los Chiles Verdes Capeados
Para preparar esta receta tradicional, necesitarás los siguientes ingredientes, cada uno con su papel esencial en el sabor y la textura final:
Para los chiles:
- 6 chiles poblanos grandes: asados, pelados y desvenados. Son el ingrediente principal y el que da el sabor característico.
- 1 taza de queso Oaxaca o panela deshebrado: relleno clásico que aporta suavidad y un toque salado.
- Palillos de madera: para cerrar los chiles una vez rellenos y mantener su forma al freír.
Para el capeado:
- 4 huevos (separadas las claras de las yemas): las claras batidas a punto de nieve forman un capeado esponjoso y ligero.
- 1 pizca de sal: para realzar el sabor del capeado.
- 1 cucharada de harina (opcional): ayuda a que el capeado se adhiera mejor al chile.
Para freír:
- Aceite vegetal: suficiente para freír los chiles sin que se peguen.
Modo de Preparo de los Chiles Verdes Capeados
- Asar los chiles poblanos sobre la flama directa o en un comal caliente, volteándolos hasta que la piel esté completamente negra y con burbujas. Colócalos en una bolsa de plástico o cúbrelos con un trapo limpio por 10 minutos para que suden y sea más fácil pelarlos.
- Pelar con cuidado cada chile, haciendo una pequeña abertura para retirar las semillas y las venas. Luego, rellena con el queso deshebrado y cierra con uno o dos palillos.
- Separar las claras de las yemas y batir las claras a punto de nieve. Añadir las yemas una a una con movimientos envolventes hasta tener un batido aireado. Puedes añadir una cucharada de harina para mayor firmeza.
- Calentar el aceite en una sartén grande. Pasar cada chile por harina (si lo deseas), luego sumergir en el batido y llevar directamente al aceite caliente. Freír hasta que estén dorados por ambos lados, aproximadamente 2-3 minutos por lado.
- Escurrir sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Retirar los palillos con cuidado antes de servir.
- Puedes acompañarlos con una salsa de jitomate casera, arroz blanco o frijoles refritos, según tu preferencia.
Dicas para Chiles Verdes Capeados
Para que pelar los chiles sea más fácil, asegúrate de que estén bien sudados después de asarlos. El vapor ayuda a desprender la piel sin dañar la carne del chile.
Si quieres que el capeado quede más esponjoso y uniforme, bate las claras muy firmes antes de incorporar las yemas, y asegúrate de freírlos en aceite bien caliente para evitar que se empapen.
Evita mover los chiles mientras se fríen. Déjalos dorar por completo de un lado antes de voltearlos, ayudándote con dos espátulas para que no se rompan. Así conservarán su forma y se cocinarán de forma pareja.
Variaciones de los Chiles Verdes Capeados
Si prefieres una versión sin lácteos, puedes rellenar los chiles con picadillo de carne, arroz sazonado o verduras salteadas. Quedan igual de sabrosos y mantienen la esencia tradicional.
Para una opción más ligera, en lugar de freír, puedes hornear los chiles capeados en una charola con papel encerado y un poco de aceite por encima. Aunque no quedarán tan crujientes, serán más saludables.
También puedes transformar esta receta en chiles rellenos en caldillo, sumergiendo los chiles capeados en una salsa de jitomate licuado con cebolla y ajo, sazonado con un toque de comino. Luego se cocinan unos minutos más a fuego bajo para que absorban el sabor del caldillo.
Información Nutricional de los Chiles Verdes Capeados
Los chiles verdes capeados son un platillo completo que aporta energía, proteínas y varios nutrientes esenciales. A continuación, una estimación por porción:
- Calorías: 300-400 kcal
- Proteínas: 12-15 g (dependiendo del relleno)
- Grasas: 25 g
- Carbohidratos: 10-15 g
- Fibra: 2-3 g
- Vitamina C: Alta, por los chiles
- Calcio: Bueno, por el queso
- Hierro: Presente en pequeñas cantidades
Aunque se trata de una receta frita, al escurrir bien el aceite y combinarla con ensaladas o arroz, puede formar parte de una alimentación equilibrada.
Conclusión
Los chiles verdes capeados no solo llenan el estómago, también el corazón. Son esos platillos que evocan recuerdos de infancia, de domingos en familia, y del amor con el que la abuela cocinaba cada comida.
Te animo a preparar esta receta con calma, con cariño y, sobre todo, con ese toque especial que solo tú puedes dar. Porque cocinar también es una forma de decir “te quiero”.
Con cariño,
tu Abuela 👵❤️